20 abr 2010

Mientras posábamos ante el fotógrafo, el señor Reagan me contaba chistes. Todas sus bromas parecen de su cosecha; en cualquier caso, no las había oído nunca antes. Voy a ofrecerles una muestra, que, me apresuro a añadir, es producto de su inventiva.

Gorbachov y él iban juntos en una limusina soviética, decía el señor Reagan, por la campiña rusa. Gorbachov llevaba en su automóvil a un agente del KGB, y Reagan a un hombre de los Servicios Secretos. De pronto, cuando pasaron cerca de una cascada, Gorbachov dio la orden al chófer de que parara.

- ¡Salta por esa casacada! -le ordenó Gorbachov al hombre de los Servicios Secretos. Quien no cumplió la orden.

- ¿Por qué me desobedeces? - preguntó el amo y señor de todas las Rusias.

- Señor -explicó el agente-, porque tengo mujer y tres hijos.

Gorbachov se dirigió entonces al agente de la KGB:

- ¡Salta por esa cascada!

Y el agente obedeció.

Horrorizado, el hombre de los Servicios Secretos bajó por las rocas escarpadas hasta el pie de la cascada, donde encontró al agente del KGB, magullado y contusionado, pero escurriendo su ropa.

- ¿Por qué obedeciste? -le preguntó el estadounidense, casi sin aliento.

- Porque tengo esposa y tres hijos.

De Qué Significa ser Conservador, de Russell Kirk.

2 comentarios:

El depilador de lenguas dijo...

Muy bueno, aunque sea de Kirk. El depilador

Enneas dijo...

¿Qué tienes en contra de Kirk?