¡Oh, resecos labios! ¡Oh, frente coronada de espinas!¡Oh, cáliz de todas las miserias mortales!¡Por el amor de quienes no te amamospadeciste una agonía de interminables siglos,y fuimos vanos e ignorantes al no saberque acabábamos con tu corazón al apuñalar el Tuyo!
Fragmento de Humanidad, de Oscar Wilde.
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