¿Conspiranoia o realidad? El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, no conforme con paganizar la Navidad en esa a la que llaman Ciudad Navidad (excusatio non petita...) eliminando todo contenido religioso de unas fiestas esencialmente cristianas ha decidido ir más allá y dejar su impronta masónica en la ciudad de Madrid: así parece que el Ayuntamiento está erigiendo un obelisco de más de 100 metros de altura en medio de Plaza de Castilla, el inicio de las obras puede ya comprobarse, entre las dos conocidas torres Kio. Todo esto, por cierto, sufragada por Caja Madrid (lo digo, especialmente por los adictos al boicot).
Había oído que todos aquellos que deben favores a la famosa secta deben dejar su impronta. Había oído también que Gallardón debía favores a más de uno a un conocido experto en sectas. Pero jamás pensé que pudiera llegar a ser tan evidente.
Y todo esto después de burlarse con escarnio manifiesto de los madrileños durante la fiesta de Nochevieja llenando las calles de obleas en vez de confeti. Demasiadas coincidencias para que uno no vea también una intención oscura detrás de esto último.
Las palabritas que iluminan Madrid son ya una anécdota.
1 comentario:
Paseo de Camoens
Publicar un comentario